domingo, 17 de diciembre de 2006

¿que le responderían a Mr Deasy?

Aquí va una cita del Ulises de James Joyce , que leí hace unos años atrás....
incluyo también la versión original en ingles, porque el lenguaje es muy bonito



—Because you don’t save, Mr Deasy said, pointing his
finger. You don’t know yet what money is. Money is
power. When you have lived as long as I have. I know, I
know. If youth but knew. But what does Shakespeare say?
Put but money in thy purse.
—Iago, Stephen murmured.
He lifted his gaze from the idle shells to the old man’s
stare.
—He knew what money was, Mr Deasy said. He made
money. A poet, yes, but an Englishman too. Do you
know what is the pride of the English? Do you know
what is the proudest word you will ever hear from an
Englishman’s mouth?
The seas’ ruler. His seacold eyes looked on the empty
bay: it seems history is to blame: on me and on my words,
unhating.
—That on his empire, Stephen said, the sun never sets.
—Ba! Mr Deasy cried. That’s not English. A French
Celt said that. He tapped his savingsbox against his
thumbnail.
—I will tell you, he said solemnly, what is his proudest
boast. I paid my way.
Good man, good man.
—I paid my way. I never borrowed a shilling in my life. Can
you feel that? I owe nothing. Can you?
Mulligan, nine pounds, three pairs of socks, one pair
brogues, ties. Curran, ten guineas. McCann, one guinea.
Fred Ryan, two shillings. Temple, two lunches. Russell,
one guinea, Cousins, ten shillings, Bob Reynolds, half a
guinea, Koehler, three guineas, Mrs MacKernan, five
weeks’ board. The lump I have is useless.
—For the moment, no, Stephen answered.
Mr Deasy laughed with rich delight, putting back his
savingsbox.
—I knew you couldn’t, he said joyously. But one day
you must feel it. We are a generous people but we must
also be just.
—I fear those big words, Stephen said, which make us
so unhappy.



-Porque no ahorra, dijo Mr. Deasy, señalando con el dedo. Usted no sabe aún lo que es el dinero. Dinero
es poder. Cuando haya vivido tanto tiempo como yo. Lo sé, lo sé. Si al menos la juventud lo supiera. Pero
¿qué dice Shakespeare? Echa dinero en tu bolsa.
-lago, murmuró Stephen.
Levantó los ojos de las inertes conchas a la mirada atenta del viejo.
-Él entendía de dinero, dijo Mr. Deasy. Hizo dinero. Un poeta, sí, pero inglés también. ¿Sabe cuál es el
orgullo de los ingleses? ¿Sabe cuál es la palabra más orgullosa que escuchará jamás de la boca de un
inglés?
Soberano de los mares. Sus ojos fríos como el mar miraron la bahía vacía: parece ser que la historia tiene
la culpa: en mí y en mis palabras, sin odio.
-Que en su imperio, dijo Stephen, nunca se pone el sol.
-¡Bah! exclamó Mr. Deasy. Eso no es inglés. Un celta francés lo dijo.
Tabaleó la caja de caudales con la uña del pulgar.
-Le diré, dijo solemnemente, de lo que alardea con más orgullo. Nadie me ha regalado nada.
Buen hombre, buen hombre.
-Nadie me ha regalado nada. Jamás pedí prestado un chelín en mi vida. ¿Se siente usted así? No debo
nada. ¿Así?
Mulligan, nueve libras, tres pares de calcetines, un par de botos, corbatas. Curran, diez guineas. McCann,
una guinea. Fred Ryan, dos chelines. Temple, dos almuerzos. Russell, una guinea, Cousins, diez chelines,
Bob Reynolds, media guinea, Koehler, tres guineas, Mrs. MacKernan, la comida de cinco semanas. El fajo que tengo no vale para nada.
-Por el momento, no, contestó Stephen.
Mr. Deasy rió muy complacido, mientras colocaba en su sitio el portamonedas.
-Ya sabía que no, dijo gozosamente. Pero algún día debería sentirlo. Somos gente generosa pero también
debemos ser justos.
-Me asustan esas palabras tan grandes, dijo Stephen, que nos hacen tan infelices.

2 comentarios:

La Sagrada dijo...

Excelente Matias.

Como siempre sorprendiendo. Un placer que te unas a este nuevo medio

Saludos
Claudio

Carola Martínez dijo...

Mi muy estimadísimo Matías, la verdad es que respecto a Joyce y a su muy extraordinario Ulises, le celebro la corriente de conciencia que muy bien escribe al finalizarlo.
De lo demás, no sé, tal vez un poco en la volá, un poco en la soberbia quizás, no lo sé. Como dijo Cortázar ( y aquel si que es gigante), "la vida es rehabilitarnos", y esa palabra si que me asusta y esa palabra si que es grande y tal vez de tanto rehabilitarmos constantemente, realmente nos hagamos infelices.
Se agradece este tema Matías, el de la discusión literaria. Conversemos sobre Cortázar... Rayuela, capítulo 68. Besos.

Carola Martínez